Comienzos

Hola a todos y gracias por visitar mi blog. Está dedicado a los dibujos que realizo a plumilla y a su venta, y para a aquel al que le interese las curiosidades y anécdotas de lo retratado. Pero creo que antes de empezar me gustaría contaros como me inicié en esto de los dibujos a plumilla. Porque es algo que no me habría imaginado jamás que acabaría haciendo. Sobre todo porque en el instituto el dibujo y yo no nos llevábamos muy bien, principalmente el dibujo libre. Lo de copiar... no se me daba mal.

Todo empezó con una idea de decoración para mi casa, tengo la entrada decorada estilo asiático, con una cajonera con dibujos de bambú, una esterilla con kanjis cuya traducción aproximada es "Bienvenido" y "Ama tu entorno", una fuente de buda y una lámpara que consiste en una rama cerezo florida en la que cada flor tiene una bombillita. En resumen, una zona de paz y armonía. Lo que me faltaba era decorar las paredes, y se me ocurrió que lo que quedaría perfecto sería unos dibujos con la técnica del sumi-e, es una de mis técnicas favoritas, y así aprovechaba las acuarelas que mi padre me regaló. Siempre he preferido hacer las cosas yo misma que comprarlas hechas, la satisfacción por trabajo realizado y el aprendizaje no tienen precio. Ya había hecho mis pinitos en el mundo del arte con el carboncillo, los lápices de colores y el oleo. Así que emocionada y ansiosa por emprender un nuevo reto e intentar aprender una nueva técnica me fui de compras y aunque me costó mucho encontrarla al final conseguí mi plumilla y un bote de tinta china. Y ya podía comenzar...

Dibujo en tinta china y acuarelas.

El intento resulto un desastre, con la plumilla y la tinta china me apañe bastante bien y me gustó mucho el contraste entre el negro intenso de la tinta china y el prístino blanco del papel, y también el nivel de detalle que se podía alcanzar, pero la acuarela fue otra historia bien distinta: fue una pelea continua, el conseguir la uniformidad en el color me fue imposible, el conseguir el tono deseado una utopía y el gran problema de las acuarelas es que no hay marcha atrás. Con el oleo puedes corregir porque tiene gran capacidad de cobertura y es muy opaco, con el carboncillo y los lápices puedes borrar pero las acuarelas son muy transparentes. Así que decidí que las acuarelas y yo no íbamos a tener futuro. Pero el destino o las circunstancias, como queráis verlo, me abrieron otra puerta. Iba a ser el cumpleaños de mi prima y en mi familia siempre nos ha gustado que los regalos sean artesanos, implica mucho más esfuerzo y dedicación, demuestran lo que te importa esa persona y en las circunstancias económicas actuales suponen un gran ahorro. Mi prima pasó un año de Erasmus en París y por el momento ha sido la época más feliz de su vida así que a mi madre se le ocurrió que porque no le hacía un dibujo a plumilla de la Torre Eiffel o de la catedral de Notre Dame y a mí me vino a la cabeza uno de los capítulos de Art-Attack en el que enseñaban la técnica del cruce de líneas para el sombreado y me puse manos a la obra...

Cogí mi plumilla, la tinta y un papel y empecé a copiar una foto en blanco y negro que me encantó de la catedral de Notre Dame, y línea a línea fue surgiendo poco a poco. El resultado podréis verlo en la siguiente entrada.