Dibujo a plumilla y tinta china del Castillo de Sta. Bárbara |
Precios:
- DINA4: 6€
- DINA3: 12€
- 30x50 cm: 15€
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Ubicado en la cumbre del monte Benacantil a 166m de altitud se encuentra una de las más grandes fortalezas medievales de España desde la que se divisa a la perfección la bahía de Alicante.
Posee tres recintos a diferentes alturas y de 3 épocas distintas:
- El recinto más alto ("La Torreta") es donde se encuentra la Torre del Homenaje y se hallan los restos más antiguos de la fortaleza, unos basamentos de los siglos XI a XIII.
- El recinto intermedio tiene las dependencias más importantes que se levantaron en el siglo XVI. El Salón de Felipe II, El Cuerpo de Guardia, El Patio de Armas y el Baluarte de la Reina.
- El recinto inferior data del siglo XVIII y en él se ubica el denominado Revellín del Bon Repós.
Dibujo |
- La leyenda de Nicolás Peris
En la zona más arbolada de la Plaza de la Torreta, en lo alto del Castillo, se encuentra un monumento dedicado a Nicolás Peris en el que está inscrito: "A la memoria de Nicolás Peris, alcaide de este Castillo, que murió en su defensa con las llaves en una mano y su espada en la otra, durante la conquista de Jaime II de Aragón. 1296". ¿Y quién era Nicolás Peris? Cuenta la historia que Nicolás Peris, alcaide y defensor del Castillo de Santa Bárbara, murió defendiéndolo, oponiéndose a la voluntad de rendir la plaza ante Aragón pues él: "juró fidelitas a su señor castellano".Tan grande era la lealtad de este súbdito que, cuando cayó la muralla frente a la tropas enemigas, don Nicolás la defendió, piedra a piedra, con su honor y con su espada. En mitad de esta pelea, hirió a Don Berenguer, amigo de Jaime II, que viendo que su señor estaba batiéndose en duelo con el castellano, intervino apoyando a su soberano. Esta intervención le salvó la vida, pero como contrapartida tuvo el resultado de la muerte de Nicolás Peris. Su cuerpo quedó tendido sobre la fría piedra del suelo, con la mano derecha empuñando su espada y la izquierda asiendo, fuertemente, las llaves de la fortaleza, negando, con tal hecho, la rendición. Tan grande fue la lealtad del alcaide que tuvieron que cortarle la muñeca para poder quitárselas, al igual que el resto del cuerpo que fue despedazado y entregado a los perros.
- Leyenda del nombre de Alicante
Como en la mayoría de leyendas, esta es una trágica historia de amor. En este caso los protagonistas son Cántara y Aly, amantes desgraciados donde los haya, que tuvieron el tardío consuelo de ver fundidos sus nombres para dar denominación al lugar que fue testigo de su amor imposible.
Cántara era una musulmana hija del Califa de la ciudad (la actual Alicante), y además de su posición social, tenía a su favor su belleza sobrehumana, por lo que no fue extraño que dos jóvenes musulmanes se enamoraran locamente de ella. El Califa decidió que uno de ellos sería un buen marido para su hija, pero...¿cual de ambos?
El Califa, ante el gran dilema que tenía, tomó una decisión salomónica: los pretendientes deberían llevar a cabo una tarea concreta, y Alá decidiría. Por tanto, Almanzor (el otro pretendiente) y Aly se pusieron manos a la obra. Almanzor tuvo que ir a las Indias a traer raras especias a su amada, mientras Aly se comprometió ante el Califa a cavar una acequia enorme y poder traer el "agua verde" a Alicante desde Tibi.
Dicen las crónicas que mientras Almanzor iba rápidamente con sus barcos a las Indias a traer especias, Aly no se tomó tan en serio su trabajo: se dedicó más a escribir poesías a su amada e ir hablando de ella por todo el mundo... Cántara se enamoró de él locamente, sin esperar siquiera ver finalizada su tarea y la de Almanzor...
Pero la elección ya estaba hecha. Un día llegó Almanzor a la costa de Alicante con sus barcos cargados de especias y el Califa, que era hombre de palabra, le concedió la mano de su hija. Aly, desesperado, se tiró al vacío por un barranco (se dice que sobre ese lugar se construyó algunos siglos después el Pantano de Tibi). Cántara, sumida en la desgracia, decidió seguir los pasos de su amor, y se tiró al mar desde el risco de San Julián, que desde entonces vino a llamarse "el salt de la reina mora"
Dicen que el Califa murió de tristeza, y que, sorprendentemente, su efigie apareció grabada en el monte Benacantil (La cara del moro). Cuenta la leyenda que la corte, impresionada por los hechos, decidió llamar a la ciudad "Alicántara", de donde viene el nombre actual "Alicante".
La cara del moro |
Fuentes:
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